Si se cumplen las amenazas de Donald Trump, los productos mexicanos y canadienses tendrán un arancel del 25% para entrar al mercado estadounidense a partir de este sábado. Las repercusiones económicas para México y Estados Unidos serían considerables y afectarían no solo a los productores de ambos países, sino también a los consumidores estadounidenses, coinciden economistas consultados por CNN.
Trump dijo este lunes a los republicanos de la Cámara de Representantes que su gobierno planea imponer aranceles a productos farmacéuticos, medicamentos, chips, semiconductores, acero y otras industrias. Para evitar estos aranceles, dijo que las empresas deberán construir sus plantas en Estados Unidos.
Esta retórica se inició en su campaña, cuando propuso aranceles de hasta 20% sobre importaciones, y específicamente un 25% para México y Canadá, y un 60% para China, como una herramienta de negociación.
Además pidió analizar si el Tratado de Libre Comercio (T-MEC) con México y Canadá afecta a las empresas y trabajadores estadounidenses, y si el país debe mantenerse en él.
Este jueves, Trump reafirmó desde la Casa Blanca que mantiene su intención, y este viernes la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo: “Puedo confirmar que mañana continúa la fecha límite del 1 de febrero que el presidente Trump puso en vigencia con una declaración hace varias semanas”.
Antes de que Trump asumiera la Presidencia, la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, aseguró que los problemas migratorios y el tráfico de drogas no se arreglarían con aranceles y que México respondería igual: “A un arancel, vendrá otro en respuesta y así hasta que pongamos en riesgo empresas comunes”.
Sheinbaum confía en que no se concretará la medida , pero si sucede, afirma que tiene un plan para enfrentarla, aunque no lo ha explicado.
“No creemos que vaya a ocurrir, la verdad. Y si ocurre, también tenemos nuestro plan, ya lo informaremos. Pero no creemos que vaya a ocurrir”, dijo la mandataria en conferencia de prensa este miércoles.
Si los aranceles se vuelven realidad el primero de febrero, ¿cómo debería reaccionar México y quiénes serían los más perjudicados por esta medida?
La economista y directora del observatorio México, ¿cómo vamos? Sofía Ramírez, aseguró que México debería responder de manera proporcional con aranceles a productos estadounidenses.
“Si Estados Unidos nos impone aranceles, México tiene que responder en la misma magnitud y en la misma medida. Aranceles a todos los productos, se devuelve con aranceles a todos los productos, aranceles por sectores, se devuelve con aranceles por sectores hasta por el volumen del daño estimado que generaron los aranceles de ida”, opinó Ramírez.
Esta respuesta, dijo Ramírez, sería parte de una estrategia de negociación que incluiría también la cuestión migratoria, algo utilizado por el presidente Trump en su estrategia para “apretar” sobre otros temas.
En 2018, durante su primer gobierno, Trump impuso aranceles al acero y al aluminio procedentes de México. En respuesta el país impuso aranceles a productos agrícolas estadounidenses y otros.
En junio de 2019 ambos gobiernos eliminaron los aranceles. La Secretaría de Economía de México dijo por entonces que “la estrategia de represalias puesta en marcha a ciertos productos estadounidenses, entre los que destacaban los agrícolas, fue determinante” para que Estados Unidos diera marcha atrás a los aranceles al acero y el aluminio mexicanos.
Carlos Aguirre, profesor de Negocios Globales de la Universidad Iberoamericana indicó que cualquier represalia por parte de México podría desencadenar una escalada de aranceles perjudicial para ambas economías, como ocurrió con China, “el único país que empezó a responderle a Trump desde su primera administración con aranceles en represalia”.
Aguirre destacó que en el caso de China, las medidas se implementaron de manera gradual: “Trump empezó poco a poco”, con un proceso que involucró la aplicación de aranceles a productos específicos en varias etapas.
Según el profesor de la Universidad Iberoamericana, si Trump decide aplicar un arancel generalizado del 25% a todos los productos mexicanos, “estaríamos hablando de algo que es atípico”. Este tipo de medida sería más radical que lo sucedido con China, donde estos impuestos fueron establecidos en varias fases.
Las consecuencias de los aranceles no serían solo para las empresas, sino también para los consumidores estadounidenses, coinciden ambos entrevistados.
Sofía Ramírez señaló que “claramente pierden los consumidores estadounidenses”, ya que los aranceles encarecerían productos intermedios en las cadenas de suministro, especialmente en la industria automotriz. Además, resaltó que “la industria automotriz, aunque en México tiene una relevancia mayor, sigue siendo un sector sumamente importante para la base de apoyo político de Donald Trump”.
Aguirre consideró que los aranceles tendrán un impacto de inmediato para el consumidor. “Quien va a tener primero la consecuencia será el productor o los exportadores mexicanos, porque de repente sus productos tendrán un 25% más de costo al momento de ser comercializados en Estados Unidos”, explicó.
Los consumidores también enfrentarían una posible inflación. “Habrá un efecto inflacionario, y este riesgo lo corre la administración Trump para forzar el regreso de ciertas industrias a Estados Unidos”, sostuvo Aguirre.
El académico de la Universidad Iberoamericana analizó que los exportadores en Estados Unidos resultarían afectados, aunque dijo que en menor medida porque el comercio exterior de Estados Unidos hacia México no es el mismo en la otra vía.
En 2024, Estados Unidos importó US$ 46.000 millones en productos agrícolas de México, según el Departamento de Agricultura, de los cuales US$ 8.300 millones fueron de verduras frescas, US$ 5.900 millones de cerveza y US$ 5.000 millones de licores destilados.
La categoría más grande de importaciones agrícolas fue la de frutas frescas, con US$ 9.000 millones, de los cuales US$ 3.100 millones fueron solo de aguacates.
Según el Departamento de Comercio, Estados Unidos también importó el año pasado vehículos de motor de México por un valor de US$ 87.000 millones y piezas de vehículos por US$ 64.000 millones, sin contar diciembre.
En 2024, Estados Unidos tuvo una participación del 40,2% en las importaciones totales de México. Esto representó unos US$231.680 millones.
Los aceites de petróleo o minerales bituminosos representaron la principal compra de México a EE.UU., por un monto de US$ 28.639 millones.
Los sectores posiblemente más perjudicados
El impacto económico también afectaría a sectores estratégicos en México. Ambos expertos coinciden en que los sectores agrícola y automotriz serían los más afectados, ya que están altamente integrados con la economía estadounidense.
Entre los sectores más perjudicados en México, Ramírez menciona a los exportadores de productos como el aguacate y la cerveza artesanal, destacando que estos productos “se volverían productos boutique” en Estados Unidos si se imponen aranceles del 25%. Esto afectaría no solo a los grandes productores, sino también a pequeños sectores que integran las cadenas de suministro, como los de productos artesanales.
Además de los efectos económicos inmediatos, Ramírez subraya que “el daño en el retraso de concretar inversiones será significativo”, ya que los inversionistas podrían optar por esperar antes de tomar decisiones debido a la incertidumbre creada por la medida.
Esto afectaría directamente el Plan México, presentado por Sheinbaum y que busca en el “largo plazo” fortalecer la industria nacional, también contempla atraer inversiones nacionales y extranjeras por US$ 277 millones.
El impacto sería directo en el crecimiento de la economía mexicana, especialmente en sectores clave como el manufacturero, que podría enfrentar pérdidas considerables si los aranceles se mantienen a largo plazo, dijo Ramírez.
“La industria nacional que exporta a Estados Unidos, y las inversiones que México ha atraído, también se verían afectadas. Las empresas que se establecieron en México para evitar los aranceles que Estados Unidos impuso a China también tendrían que asumir los costos de nuevos aranceles hacia México”, advirtió Aguirre.
Aunque podría ser una medida temporal para negociar, el daño a largo plazo sería “brutal” para México si estos se mantuvieran, concluyó Sofía Ramírez. La economista señaló que el mejor escenario sería que se alcanzara un acuerdo que elimine los aranceles de manera definitiva, y se mantenga el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC).
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