Las infraestructuras submarinas de Europa siguen sufriendo daños: ¿qué está pasando?

Un cable submarino que transportaba datos entre Suecia y Letonia resultó dañado el domingo, probablemente como resultado de una fuerza externa, informó Letonia.

Este es solo el más reciente de una serie de incidentes ocurridos desde finales de 2022 que han causado daños a la infraestructura europea que atraviesa el fondo del mar Báltico: tuberías que transportan gas natural y cables que transportan electricidad y datos.

Este tipo de incidentes se han vuelto más frecuentes en los últimos dos años, lo que ha suscitado sospechas de que son resultado de sabotaje y ha desencadenado una oleada de investigaciones por parte de funcionarios europeos, algunos de los cuales han señalado abiertamente a Moscú.

Rusia ha negado las acusaciones de cualquier implicación.

Hasta ahora, el impacto sobre los flujos de gas natural, electricidad y datos de Europa ha sido bastante limitado, pero un ataque concertado a los cables de datos podría paralizar las redes de comunicaciones de muchos países, poniendo en peligro las operaciones de los hospitales, la respuesta policial y más.

Si Rusia es realmente la culpable de algunos de los incidentes, son la manera que tiene Moscú de demostrar su poder para perturbar la infraestructura europea, dijo Sophia Besch, investigadora principal del Carnegie Endowment para la Paz Internacional.

“Se trata de intimidar, de socavar la determinación, de crear una sensación general de miedo e inestabilidad en las poblaciones y de demostrar que pueden hacer algo”, dijo a CNN.

La semana pasada, la embajada rusa en Londres dijo que la OTAN, una alianza defensiva entre países norteamericanos y europeos, estaba usando el “pretexto ficticio de la ‘amenaza rusa’” para reforzar su presencia naval y aérea en el Báltico.

La declaración se produjo tras el anuncio por parte de la OTAN de una nueva misión para reforzar la protección de la infraestructura crítica en el Báltico. Como parte de esa misión, la alianza ha desplegado drones submarinos.

Ya sea que los daños hayan sido accidentales o intencionales, los incidentes han puesto de manifiesto una de las vulnerabilidades de Europa y han señalado, en palabras de un experto, “una nueva frontera” en su seguridad. Europa depende “en gran medida de este tipo de infraestructura”, dijo Georg Zachmann, miembro del grupo de expertos Bruegel, con sede en Bruselas, y agregó que la situación actual le parece “muy preocupante”.

El primer incidente importante ocurrió a fines de 2022, meses después de que Rusia lanzara su invasión a gran escala de Ucrania. Una serie de explosiones sacudieron el gasoducto Nord Stream 1, que transporta gas ruso a Europa, así como el Nord Stream 2. Ninguno de los dos gasoductos transportaba gas en el momento de las explosiones, aunque aún mantenían el combustible bajo presión.

Los investigadores encontraron evidencia de explosivos en los lugares, lo que llevó a los fiscales suecos a concluir que las explosiones fueron causadas por un acto de sabotaje. Y el pasado agosto, las autoridades alemanas emitieron una orden de arresto internacional contra un ucraniano sospechoso de llevar a cabo las explosiones.

Quienquiera que haya estado detrás de las explosiones, Besch, del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, dijo que eran una “llamada de atención” para Europa. “Desde entonces hemos visto a los europeos invertir en su propia seguridad submarina”, señaló.

El segundo incidente tuvo lugar en octubre de 2023, cuando un gasoducto natural entre Finlandia y Estonia, llamado Balticconnector, empezó a tener fugas.

En noviembre del año pasado, dos cables submarinos de Internet, uno que conectaba a Suecia con Lituania y el otro a Finlandia con Alemania, fueron cortados. En una declaración conjunta, los ministros de Asuntos Exteriores de Finlandia y Alemania dijeron que el incidente “inmediatamente levanta sospechas de daño intencional” y agregaron que la seguridad europea estaba bajo amenaza de “una guerra híbrida por parte de actores maliciosos”.

Unas semanas después, el día de Navidad, falló un cable eléctrico que conectaba Finlandia con Estonia. Al día siguiente, las autoridades finlandesas abordaron y detuvieron al Eagle S, un petrolero que transportaba petróleo de Rusia a Turquía, bajo sospecha de que había dañado el cable al arrastrar su ancla.

Asignar culpas por cada incidente es una tarea complicada y diplomáticamente comprometida.

En septiembre, dos funcionarios estadounidenses dijeron a CNN que Estados Unidos había detectado una mayor actividad militar rusa alrededor de cables submarinos clave.

Pero es difícil conseguir evidencia contundente que implique a Moscú. En ese sentido, funcionarios estadounidenses familiarizados con una evaluación inicial del incidente de noviembre en el Báltico dijeron a CNN en ese momento que no había “indicios de actividad nefasta” que involucrara a los dos cables de internet cortados.

“El desafío es que mucho de esto se puede envolver en lo que uno podría describir como una negación plausible; algunas personas lo llamarían una negación inverosímil”, dijo Nick Childs, investigador principal de fuerzas navales y seguridad marítima en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.

Añadió que el Báltico es una “vía fluvial muy congestionada y concurrida”, lo que dificulta detectar y demostrar actividades sospechosas. Aun así, afirmó, “muchos dedos apuntan a Rusia” por algunos de los incidentes.

Algunos apuntan específicamente a la llamada “flota en la sombra” de Rusia: petroleros viejos, muchos de ellos con estructuras de propiedad opacas, que transportan petróleo ruso para su exportación para evitar las sanciones occidentales.

Dovilė Šakalienė, ministra de Defensa de Lituania, dijo a CNN en una entrevista la semana pasada que esta flota fantasma estaba “cortando nuestros cables de electricidad… cortando nuestros cables de datos… cortando nuestras tuberías” y que el daño probablemente fue deliberado.

“Si algo sucede una vez, es un accidente. Si algo sucede dos veces, es una coincidencia. Pero, si sucede tres veces o más, creo que todo nuestro sentido común nos grita: Hola, ¿en serio?”, comentó.

Besch, del Carnegie Endowment for International Peace, señala que la infraestructura de cable de Europa tiene altos niveles de “redundancia”, lo que significa que, cuando un cable falla, todo lo que esté transportando puede ser redirigido a través de otro.

Sin embargo, algunas islas cercanas a Escocia y Noruega son más vulnerables, indicó. “Sólo hay uno o dos cables; si los cortas, tienes un problema”.

Las reparaciones de las redes submarinas también pueden ser costosas y llevar meses.

Incluso pequeñas interrupciones podrían afectar las compras en línea y las entregas a domicilio, y negar a decenas de miles de personas el acceso a sus programas y películas favoritos.

“Proteger nuestra infraestructura es de suma importancia”, dijo el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, a principios de este mes.

Esto es “crucial” tanto para el suministro de energía, ya sea por cables eléctricos o tuberías, como para el tráfico de Internet, dijo, señalando que más del 95% de ese tráfico a nivel mundial se transporta a través de cables submarinos.

Clare Sebastian y Vasco Cotovio de CNN contribuyeron con este reportaje.

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