Hablar del gasto en defensa entre los aliados de la OTAN se ha convertido en un tema delicado. Sobre todo, después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abiertamente propusiera durante el Foro de Davos aumentar la contribución en defensa de los países miembro hasta el 5% de su Producto Interno Bruto, cuando hoy ese número es del 2%.
Una propuesta espinosa, dado que ocho de los treinta y dos países que forman la organización no cumplieron con ese objetivo original en 2024, según las últimas estimaciones de la organización. En este listado se encuentra España.
Este fue uno de los asuntos que se trataron este lunes, cuando el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, recibió al secretario general de la alianza atlántica, Mark Rutte, en el Palacio de La Moncloa, en Madrid. Ya es sabido que el jefe de la OTAN ha apoyado abiertamente las aspiraciones del mandatario estadounidense en cuanto a aumentar el gasto militar.
Aunque no ofrecieron declaraciones a los medios de comunicación tras finalizar el encuentro, desde La Moncloa dijeron que Sánchez le trasladó a Rutte el esfuerzo de España por alcanzar el objetivo actual, mencionando que el gasto en defensa ha crecido un 70% a lo largo de la última década.
Ese impulso no ha sido suficiente, dado que la inversión de España en esta materia alcanzó el 1,28% de su PIB en 2024, según las últimas estimaciones de la OTAN. De esta forma, el país ibérico se mantendría a la cola en inversión respecto al resto de los aliados, por debajo de otros siete países que tampoco cumplieron con ese compromiso.
Pero eso no ha evitado que desde el ejecutivo español intenten sacar pecho de su afán por alcanzar el 2% en 2029, tal como lo prometió Sánchez durante la cumbre de la alianza que se celebró en Madrid en 2022.
“Si miramos en vez del porcentaje los valores absolutos, observamos que España es el octavo contribuyente a la seguridad euroatlántica”, dijo el canciller español, José Manuel Albares, este lunes por la mañana desde Bruselas. Una afirmación que se demuestra con el desglose provisional de la OTAN del pasado año, donde figura que España habría gastado US$ 20.735 millones, por debajo de los US$ 23.729 millones de Turquía.
En 2006, los ministros de defensa de los países que componen la alianza acordaron comprometer, como mínimo, el equivalente al 2% de su Producto Interno Bruto para gasto en defensa. Sin embargo, las turbulencias económicas que atravesaron muchos países con la posterior crisis de 2007 dificultaron su cumplimiento.
Pasados los tiempos más hostiles de esa sacudida económica y con la anexión de Crimea por parte de Rusia como telón de fondo, los aliados decidieron en la Cumbre de la OTAN de 2014 que los que todavía no hubieran alcanzado el objetivo deberían hacerlo a lo largo de la siguiente década, es decir, hasta 2024. Según los últimos cálculos de la alianza, al menos 23 países lo habrían logrado el año pasado.
Eso no sería suficiente para Trump, quien en 2024 amenazó con retirar a su país de la alianza si todos los miembros no cumplían el objetivo de gasto. Incluso llegó a señalar que no cumpliría con la cláusula de defensa colectiva de la alianza y que alentaría a Rusia a hacer “lo que le dé la gana” si un país miembro no cumplía con las pautas de gasto.
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