Trump quiere que los trabajadores federales regresen a sus oficinas. Por qué puede ser más difícil de lo que parece

No sorprendió que el presidente Donald Trump emitiera esta semana un memorando dirigido a los directores de los departamentos y agencias federales, en el que básicamente les ordenaba que sus empleados volvieran a la oficina a tiempo completo.

Entre otras cosas, poco después de las elecciones presidenciales, Elon Musk y Vivek Ramaswamy, que en ese momento estaban programados para dirigir el recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental de Trump, señalaron que tener un mandato de regreso a la oficina a tiempo completo era una invitación para que muchos renunciaran.

“Exigir a los empleados federales que acudan a la oficina cinco días a la semana generaría una oleada de bajas voluntarias que celebramos”, escribieron en un artículo de opinión en el diario The Wall Street Journal.

En el año fiscal 2023, el 43% de los trabajadores federales civiles teletrabajaban de forma “rutinaria o situacional”, según un informe de diciembre de la Oficina de Gestión de Personal de Estados Unidos.

Pero por razones prácticas, financieras y de otro tipo, la aplicación de la directiva de Trump podría ser más complicada y llevar más tiempo de lo previsto.

¿Cuál es el resultado? “Es razonable esperar que una parte significativa de los trabajadores federales cuyos trabajos se pueden hacer a distancia seguirán trabajando al menos unos días a la semana fuera de un sitio federal oficial [u] oficina en los próximos cuatro años”, dijo el experto en oficinas gubernamentales Mika Cross, que ha implementado varias iniciativas de política de capital humano y lugar de trabajo en todo el gobierno federal.

La directiva del presidente establece: “Los jefes de todos los departamentos y agencias del poder ejecutivo del Gobierno deberán, tan pronto como sea posible, tomar todas las medidas necesarias para poner fin a los acuerdos de trabajo a distancia y exigir a los empleados que vuelvan a trabajar en persona en sus respectivos lugares de destino a tiempo completo, siempre que los jefes de departamento y agencia hagan las exenciones que consideren necesarias”.

El texto no es explícito sobre si la orden se refiere simplemente al 10% estimado de los trabajadores civiles federales que trabajan a distancia a tiempo completo, que según los cálculos de la Oficina de Gestión y Presupuesto representaban aproximadamente 228.000 empleados en mayo de 2024. O si también se aplica a los trabajadores federales que tienen un horario híbrido aprobado: trabajan a distancia durante algún periodo de cada semana y trabajan in situ el resto.

“Tal como lo leo ahora, el [memorando] se aplica a las oficinas federales de todo el país, no solo en Washington. Pero especifica ‘trabajo a distancia’ y no ‘teletrabajo’. Me pregunto si la intención era aplicarlo a ambas modalidades de trabajo o solo al trabajo a distancia”, dijo Cross.

Las nuevas directrices de la OPM, obtenidas por primera vez por Jamie Gangel de CNN, parecen dar a entender que el nuevo mandato se aplicará a ambos tipos de modalidades. “La única manera de conseguir que los empleados vuelvan a la oficina es adoptar una política centralizada que exija la vuelta al trabajo en todos los organismos del Gobierno federal”, dice la directriz.

Continúa diciendo que no más tarde de las 5 p.m. hora del este de EE.UU. de este viernes, “El jefe de la agencia o jefe de la agencia en funciones debe revisar su política de teletrabajo de la agencia emitida en virtud de 5 U.S.C. § 6502 (a) (1) (A) para indicar que los empleados elegibles deben trabajar a tiempo completo en sus respectivos lugares de destino a menos que se excusa debido a una discapacidad, condición médica calificada, u otra razón de peso certificada por el jefe de la agencia y el supervisor del empleado”.

Aunque el nuevo mandato afectará a muchos trabajadores federales, Cross cree que los efectos podrían ser “devastadores” para ciertos grupos demográficos, como los empleados que son cónyuges de militares y personal de servicios extranjeros, ya que tienen que vivir donde está destinado su cónyuge. Queda por ver si ese tipo de situación podría considerarse una exención cualificada.

Cross señala que la aplicación de esta directiva a los trabajadores federales a tiempo completo que trabajan a distancia y a los que tienen acuerdos de teletrabajo aprobados no será fácil.

“La directiva exige que todos los departamentos y agencias del poder ejecutivo pongan fin a los acuerdos de trabajo a distancia y exijan a los empleados que regresen a sus respectivos lugares de trabajo. Sin embargo, por definición, el lugar de trabajo oficial [de los trabajadores totalmente a distancia] es su oficina en casa. Por lo tanto, no tienen oficinas a las que volver”, dijo Cross.

Dado que los trabajadores remotos están repartidos por todo el país, los organismos tendrían que encontrar una oficina cercana a la que presentarse o exigirles que se trasladaran para estar cerca de una. Ambas medidas podrían aumentar los costos federales.

Desplazamientos: Si un trabajador totalmente remoto tiene que desplazarse a una nueva oficina, podría optar a subvenciones de transporte. O, si la oficina está a más de 80 km de su casa, podría recibir una paga por servicio temporal para gastos de transporte, alojamiento y viaticos. Sin embargo, el pago por servicio temporal puede ser menos preocupante, ya que las directrices de la OPM establecen que “si el lugar de trabajo oficial de un empleado está a más de 80 km de cualquier oficina de la agencia existente, la agencia debe tomar medidas para trasladar el lugar de trabajo del empleado a la oficina de la agencia más adecuada en función de las obligaciones y la función del trabajo del empleado”. Eso suena como que podría requerir la reubicación de trabajo de una persona. Si es así, ¿esa persona sería trasladada?

Pagos: Si un trabajador a distancia tiene que trasladarse a una zona con un costo de vida más elevado, como Washington, habrá que ajustar su salario por localidad. Por ejemplo, un puesto en Washington paga casi US$ 19.000 al año más que el mismo puesto en Kentucky o Maine, explica Cross. Otro paga US$ 26.000 más.

Costos de contratación: Si los trabajadores federales altamente cualificados y experimentados que trabajan a distancia a tiempo completo o teletrabajan parte de la semana deciden renunciar en lugar de cumplir con el nuevo mandato, el departamento o agencia incurriría en costos para contratar a sus sustitutos.

La directiva de Trump terminaba con esta frase: “Este memorando se implementará de acuerdo con la ley aplicable”.

Para la Federación Estadounidense de Empleados Gubernamentales (AFGE, por sus siglas en inglés), eso significa que el mandato no puede violar las obligaciones contractuales negociadas por el sindicato. “Significaría respetar cualquier acuerdo de trabajo híbrido detallado en nuestros contratos ratificados. Obviamente, estaremos pendientes de cómo se aplica el memorando y responderemos en consecuencia si es necesario”, dijo el portavoz Tim Kauffman.

Si Trump sigue adelante con las declaraciones que hizo en su primera rueda de prensa tras las elecciones de diciembre, puede que se avecine una batalla legal por esos contratos. Atacó un acuerdo que la Administración de la Seguridad Social alcanzó con la AFGE, que permite a los empleados de la agencia seguir teletrabajando hasta 2029.

“Si la gente no vuelve al trabajo, si no vuelve a la oficina, serán despedidos”, dijo Trump. Añadió que su administración “obviamente va a estar en los tribunales para detener” el acuerdo.

Aparte de todas las consideraciones logísticas, legales y financieras, la emisión de un mandato general de retorno a las oficinas para los trabajadores federales puede crear otras preocupaciones.

Los pros y los contras del trabajo a distancia y los acuerdos híbridos se han estudiado detenidamente desde que muchas organizaciones tuvieron que recurrir a ellos durante la pandemia.

Aunque cualquier modalidad, totalmente remota, híbrida o in situ a tiempo completo, puede tener sus inconvenientes si no se gestiona bien, muchos estudios demuestran que ofrecer un trabajo flexible es una forma clave de atraer, comprometer y retener el talento, al tiempo que se preserva el conocimiento institucional. Y la Administración federal tiene que competir con el sector privado para encontrar trabajadores cualificados.

En un informe de 2021, la OPM citaba varias ventajas de contar con opciones de teletrabajo para aquellos cuyo trabajo puede realizarse a distancia. Entre ellas, ayudar a una agencia a “adquirir los conocimientos necesarios para talentos críticos difíciles de contratar o conjuntos de habilidades difíciles de encontrar” y “satisfacer las demandas de una fuerza de trabajo cambiante que exige más flexibilidad”.

Un ejemplo de talento crítico necesario se encuentra en el ámbito de la tecnología. En un testimonio ante la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes la semana pasada, Cross señaló que “hay 19 veces más trabajadores con derecho a jubilación mayores de 50 años que menores de 30 en puestos federales de TI”.

La empresa de investigación laboral Gallup, por su parte, descubrió el año pasado que “el 93% de los empleados en puestos con capacidad remota prefieren trabajar a distancia al menos parte de su semana laboral”. Además, descubrió que “seis de cada 10 empleados exclusivamente remotos dicen que es muy probable que busquen empleo en otro lugar si no se les permite la flexibilidad remota”.

Los diferentes estudios que evalúan el impacto de los acuerdos de teletrabajo en la productividad pueden utilizar medidas variadas para la productividad. Pero varios encuentran una correlación positiva o neutra.

La Oficina de Estadísticas Laborales, por ejemplo, descubrió que la “productividad total de los factores”, esto es, producción dividida por el total de insumos de producción, como “trabajadores, maquinaria y otro capital, energía, materiales y servicios” aumentaba en 61 sectores a medida que se incrementaban las opciones de trabajo a distancia.

Otro estudio, un ensayo de control aleatorizado de seis meses realizado por el investigador del trabajo desde casa Nicholas Bloom, de la Universidad de Stanford, y dos colegas de la Universidad China de Hong Kong y la Universidad de Beijing, concluyó que trabajar desde casa dos días a la semana no perjudicaba el rendimiento de los empleados, pero sí aumentaba su satisfacción laboral y reducía las tasas de abandono del trabajo.

Independientemente de cómo se aplique el mandato de retorno a las oficinas de Trump, y de las ramificaciones que tenga para los trabajadores federales, según la Ley de Mejora del Teletrabajo de 2010, los organismos federales seguirán teniendo que mantener un plan de continuidad de la actividad que autorice a los empleados a teletrabajar en situaciones de emergencia o crisis, como un desastre natural.

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